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29 martes Nov 2011
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20 domingo Nov 2011
Desde que vi esta escena, mi chimichurri y yo no hemos sido los mismos. Cuando se estrenó esta película yo era una recién estrenada adolescente, muy fácilmente impresionable y obviamente totalmente virgen.
¿Qué pasaba si yo tenía quejas de mi chimichurri? ¿Era algo malo? Porque claro, con esa edad no hablas del olor a coño que tiene tu chimi, pero tampoco comentas eso con 18, 21 o 35… La diferencia es que pasada la pubertad el tema sexo comienza a ser más habitual, y por lo tanto, puedes ir cogiendo fragmentos de diferentes conversaciones que la gente comenta para saber si es normal o no que tu coño huela fuerte.
Y es normal. Es muy, muy, muy normal. Para empezar suele estar cerrado a cal y canto la mayor parte del día. No lo limpiamos cada hora ni nada por el estilo, y desde luego que no se perfuma. Olerá al jabón que hayamos utilizado para limpiarlo y punto pelota. (Tema aparte, no sé si lo he comentado ya, pero leí en un libro de Marian Keyes que su protagonista utilizaba suavizante para los pelos púbicos y me pareció una idea fantástica).
Además si nos están haciendo un cunilingus, y digamos que acabamos de salir del baño donde hemos limpiado nuestro chimichurri con amor, esmero y algo de perfume, a nada que empecemos a disfrutar y comencemos a soltar flujo, será el flujo el que hará que huela de una forma o de otra. Y el olor/sabor del flujo, al igual que el sabor del semen, depende de lo que hayamos comido. Así que realmente todo éso de ‘perfumar los chimichurris’… es una puta basura.
He dicho…
07 lunes Nov 2011
Posted anticonceptivos, mujeres, sexo
inAl poco de empezar a salir con Michael quise cambiar de anticonceptivo. Yo, como la mayoría de vosotras usaba condón. Y yo, como la mayoría de vosotras empezaba a follar a pelo. Y para la gente que va feliz por la vida pues es fabuloso, pero yo que cuando llegaba la regla ya me entraban los temores por si había habido chispeo… era un sin vivir. Porque claro, fijo que no estás embarazada, ¿pero y sí…? Un sin vivir.
Entonces a mí alrededor mis amigas comenzaron a usar el aro, y yo me uní al grupo. Las enfermeras de mi grupo comentaban que la píldora era lo peor que había, y que lo más práctico y seguro era el aro, 99.9% fiable. Depende de lo que folles al mes, la cosa te sale rentable o no. Cuesta unos 18 euros, y yo calculo que si más o menos un condón te sale a un poco menos de un euro… por lo menos hay que hacerlo mínimo 18 veces al mes. Y en verano sí se cumplían porque Michael y yo vivíamos en la misma ciudad… ¿pero ahora? Ahora mis razones para volver al condón vienen a ser económicas más que nada, y porque mi amiga la médico dice que no es bueno usar nada que te vaya a afectar de un modo hormonal al cuerpo. Pero en cambio la farmacéutica dice que las dosis son tan bajas que ni se notan. (Tengo muchas amigas en bio, tengo esa suerte).
Pero yo en realidad no quería hablar de lo bien o mal que sale el aro una vez se comience a usar. Sino de las enormes ganas que tenía yo siempre de follar, y de lo mucho (muchísimo) que disminuyeron en cuanto las hormonas empezaron a darle al tema. Antes no me importaba pasarme una entera en casa sin nada que hacer y poder follar tres o cuatro veces en una tarde. Con aro por supuesto que quería seguir follando a diario, pero con una vez al día, me parecía suficiente.
Lo comenté con una amiga que había usado durante un año la píldora y me dijo que cuando comenzó a usarla, la enfermera le dijo que uno de los posibles efectos secundarios era la pérdida de apetito sexual. ¿POR QUÉ NO AVISAN ANTES? La verdad es que viendo a Mike dos veces al mes, sí que tengo más hambre de sexo que normalmente, pero sigue siendo mucho, muchísimo menos de lo que tenía antes… me he convertido en mujer. (Horrriiiiibleeeeeeeeee).
Pero el aro se jubilará dentro de poco porque no sale rentable mantenerlo y vernos sólo cada dos semanas, y espero que mis ganas de sexo vuelvan, y entonces, será otro magnífico y orgásmico día… 🙂